viernes, 7 de mayo de 2010

Las consecuencias medioambientales y económicas del vertido de petróleo en el Golfo de México podrían superar a las del huracán "Katrina"

De hecho, muchos efectos ya han señalado que las consecuencias medioambientales y económicas del vertido de petróleo en el Golfo de México podrían superar a las de este huracán ya que, de momento, es imposible contener la contaminación y no se puede predecir la magnitud de la catástrofe.
Las últimas estimaciones indican que el derrame ronda los 800.000 litros de petróleo diarios, aunque Lamar McKay, presidente de BP en EE.UU., concesionaria de la plataforma hundida, reconoce que, hoy por hoy, es imposible saber cuáles serán las consecuencias. De hecho, se estipula con cifras muy dispares, que oscilan entre esta cifra, admitida por las autoridades, y los cuatro millones de toneladas arrojados cada día al mar que consideran muchos expertos.


El Ejecutivo estadounidense ha puesto ya en marcha una investigación sobre las causas de la explosión. Las autoridades han explicado que el accidente se originó a raíz de un "fallo técnico" del mecanismo que debería de haberse activado para sellar el pozo, situado a una profundidad de una milla náutica, explica que el petróleo siga fluyendo libremente. Ahora varios buzos intentan controlar varios brazos robóticos en el fondo marino para intentar cerrarlo. McKay adelantó ayer que la gigantesca estructura que construyen los ingenieros de la firma para contener el derrame podría estar instalada en el plazo de "seis a ocho días".

La citada estructura es una especie de cúpula gigante que se colocaría sobre las fugas en el oleoducto a través de las que se vierte el petróleo, que se acumularía dentro de la cúpula y se bombearía fuera de ella evitando así el derrame directo en el mar. A la espera de los resultados de esa iniciativa, el secretario del Interior de EE.UU., Ken Salazar, no descarta que para lograr una "solución definitiva" podrían ser necesarios tres meses.

Esa solución implica la construcción de un pozo alternativo a través del que se inyectaría un líquido más pesado que el petróleo que actuaría como una especie de tapón e impediría que el crudo siga fluyendo a la superficie. Hasta que eso se logre, ha señalado Salazar, "podría seguir fluyendo un montón de petróleo".

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